domingo, 23 de febrero de 2014

Ejercicio de miradas

La  Persona que tienes en frente, del 1 al 10: antes del ejercicio
¿Cuánto dirías que te agrada?
 8
¿Cuánto dirías que le quieres?
 7
¿Cómo de cercano/a te sientes de el/ella?
 8
¿Cómo de atraído te sientes por el/ella?
5
La  Persona que tienes en frente, del 1 al 10: después del ejercicio
¿Cuánto dirías que te agrada?
 9
¿Cuánto dirías que le quieres?
 8
¿Cómo de cercano/a te sientes de el/ella?
 9
¿Cómo de atraído te sientes por el/ella?
9

Después del ejercicio, te das cuenta que el estar observando a una persona fijamente durante un tiempo determinado, te hace darte cuenta de muchas cosas que piensas o sientes hacia él o ella que quizás nunca habías pensado en ellas.
También hace que te sientas mucho más cercano a esa persona, comienzas a fijarte en cada detalle, gestos, miradas.


En mi caso todas las preguntas han aumentado su puntuación después de haber realizado el ejercicio.

Se trata de un ejercicio que consigue hacer mas intensa la relación que se mantiene con la otra persona aun siendo esta persona prácticamente un desconocido. Por eso, tal vez, resulte incomodo y hasta molesto fijar la mirada tanto tiempo en otras personas y cuando se miente no se mire a los ojos. Igual que al mirar a tu pareja por unos momentos parece que los sentimientos crecen más.

La mirada no miente. Los ojos son la única parte visible del cerebro. La neurofisiología es clara en este sentido. Si nos hacen una pregunta y, antes o durante la respuesta, nuestros ojos suben hacia la izquierda, estamos intentando acceder a nuestro córtex visual, es decir, a la zona de la memoria, del recuerdo. Por tanto, decimos la verdad. Si los desviamos hacia la derecha, recurrimos a los centros creativos del cerebro y, en consecuencia, las posibilidades de invención o mentira aumentan”Yuri Morejón

Muchos anuncios especialmente usando a personajes femeninos usan la mirada para cautivar al cliente.














Los rayos de la mirada de la mujer deben conducir los ojos del espectador formando un triángulo cuyo vértice converge en el producto.
La fuerza de unos ojos que te miran es uno de los dispositivos más poderosos de la fascinación.

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